Teoría de los tres Sanchos.

Se cumplen hoy 11 años desde que comencé a trabajar como profesor. En aquella época trabaja en otro sector, aunque estaba apuntado a una lista de interinos. Recibí un telegrama para que me presentara en la Delegación de Educación un lunes a las 9 de la mañana.

Así lo hice, cuando llegué me informaron donde era la sustitución que tenía que hacer, así que me fui al instituto en cuestión a hablar con el profesor que había cogido la baja. Me encontré a un compañero con ganas de jubilarse que me dio la mejor lección que he recibido nunca sobre esta profesión. Esto fue lo que me dijo.

-Mira Rafael, que nadie te engañe, el profesor en su vida pasa por tres etapas, "Los tres Sanchos". Cuando uno comienza trata de hacer cosas novedosas, que interesen a sus alumnos, eres Sancho El Bravo. Pasa el tiempo y te das cuenta de que por mucho que te esfuerces, a los alumnos siempre les interesarán más otras cosas que lo que tú les vas a enseñar, cambias de estrategia, ahora lo importante es el orden y la exigencia a los alumnos, eres Sancho El Fuerte. Pasan los años y comprendes que en muchos casos ni esto funciona, así que te conviertes en Sancho Panza, y te pasa como a mí que sólo pienso en el día de la jubilación.

Tras una larga conversación, en la que me contó media vida, decidí hacer la sustitución y preparme para la oposición. Estuve todo el curso de interino y tuve la suerte de aprobar ese mismo curso. Siempre me acuerdo de aquello que me dijo, pero con una variación, creo que esos tres Sanchos, conviven con el profesor, de manera que cuando decido hacer una u otra actividad en clase, me planteo si estaré actuando como Sancho El Bravo, Sancho El Fuerte o Sancho Panza.

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